Las llantas se desequilibran al usarlas sin que ocurran eventos como “caída de pesos de equilibrio”. La suposición más probable es que la vibración estaba ocurriendo cuando compró el coche, pero no la descubrió en su prueba de carretera.
Compruebe los neumáticos para ver si hay protuberancias en los flancos y desgaste desigual de la banda de rodamiento en la circunferencia de la rueda (posiblemente causado por el derrape), y consiga reequilibrar las ruedas.
El “arreglo” más barato podría ser cambiar las ruedas de adelante hacia atrás, pero aún así deberías buscar la verdadera causa: ¡es mejor estar vivo con neumáticos nuevos si los necesitas, que estar muerto con el dinero todavía en el bolsillo!
Si este tipo de vibración se desarrolla de repente al conducir, tienes un problema que necesita un arreglo urgente. Si ha empeorado gradualmente en los últimos 20.000 kilómetros, no es tan grave. Pero como acabas de comprar el coche, no sabes cuál de esos dos escenarios se aplica.
Si aparentemente no hay nada malo en los neumáticos, puede que tengas un fallo en el rodamiento de las ruedas, o algún otro problema en la transmisión o en la dirección, pero como en cualquier solución de problemas, empieza con la causa más simple y más probable, es decir, los neumáticos.